miércoles, 14 de agosto de 2013

TOC: Trastorno obsesivo compulsivo

¿Qué te obsesiona? 

Desde un trastorno obsesivo compulsivo, más conocido como TOC, hasta un pensamiento recurrente que nos quita el sueño, se presenta a continuación cómo luchar contra ellos, cómo desterrarlos de nuestra mente. 
Para empezar, debemos saber que es un trastorno de ansiedad que se caracteriza por presentar obsesiones y compulsiones. Las obsesiones suelen estar basadas en miedos y las compulsiones son intentos de neutralizarlos o controlarlos.

-¿Qué son las obsesiones? Pueden presentarse en forma de ideas, impulsos o imágenes mentales, hasta pueden ser sonidos, ruidos que se imponen recurrentemente y tenemos sin querer y sin poder evitar. Estas, además, producen mucha ansiedad ya que suelen ser desagradables. Los pacientes suelen tener la convicción de que por el solo hecho de pensar que una situación pudiera ocurrir, va a ocurrir. A este modo lo llamamos “pensamiento mágico” y suele acompañar a las obsesiones.

-¿En que consisten los rituales o compulsiones? Se definen como comportamientos repetitivos que pueden ser tanto motores (como por ejemplo lavarse las manos, ordenar cosas, chequear otras), o acciones mentales (como contar, repetir palabras, rezar) que nos sentimos necesitados de hacer en respuesta a una obsesión, o según reglas aplicadas rígidamente. Estos comportamientos tienen como objetivo reducir la ansiedad o evitar que algo malo suceda. Si bien pareciera calmar la ansiedad, es fugaz, transitoria, y frustrante porque no logra el dominio de la situación ni resuelve el conflicto.
En general, estas ideas se basan en que algo terrible va a pasar, a quien la padece o a alguien de su entorno, y se acompañan de la sensación de responsabilidad por esa catástrofe inminente. En su lógica, el paciente sabe que esto no tiene sentido, pero existe una disociación entre la lógica y la emoción.
Pero, ¿qué causa este malestar? Se asegura que se han encontrado causas neurobiológicas que determinan la aparición de dicho trastorno: hay estudios genéticos que indican que tienen relación con algunos trastornos, como el trastorno de Tourette (tics motores y vocales). Sin embargo, hay otros factores que desencadenan este síndrome, ya que la condición biológica es necesaria pero no suficiente para que se active.


Quién, cómo, cuándo
Este trastorno del comportamiento aparece indistintamente en los dos sexos, aunque en general en los hombres se evidencia en edades más tempranas y en las mujeres es más frecuente que se relacione a una situación puntual de estrés.
Es cierto que a veces hay personas que tienen síntomas TOC aislados, por ejemplo, únicamente necesitan poner el volumen del televisor en un número par, pero estos síntomas aislados, denominados por los expertos como TOCs subclínicos, no tienen un nivel de condicionamiento de la conducta que limite la vida diaria o nos genere dificultades en el desarrollo de proyectos y relaciones. Si bien el síntoma existe, no se lo considera un trastorno a tratar, siempre y cuando no genere limitación. De hecho, algunos autores consideran que los TOCs subclínicos aparecen en un 17 a 20% de la población general
Pero, en los casos más extremos, cuando la acción que llevamos adelante para calmar la ansiedad que el pensamiento obsesivo nos genera no alcanza, hay que repetirla tantas veces como sea necesario buscando esa tranquilidad. A veces incluso es un número de veces específica -73 veces-; o es haciéndolo de una forma adecuada, con la mano izquierda y el pulgar apuntando hacia abajo


Esta necesidad de volver y realizar el ritual es imperiosa, no se puede combatir ni modificar: si no se realizara, la ansiedad nos invadiría de tal manera que nos inhabilitaría para realizar cualquier actividad. 

El rol del entorno
Las familias donde hay un paciente TOC, suelen ser sumamente exigentes, con altas expectativas de rendimiento y baja tolerancia al error, acompañados por reiteradas críticas sobre el desenvolvimiento general del niño o bien sobre un área específica. Junto con esto, se observan reglas, costumbres y normas sumamente estrictas de cumplimiento que generan tensión. La sobreprotección, la necesidad de control y un alto voltaje ansioso son características que suelen repetirse en estas familias.
Esta predisposición social suele volver a los sujetos que padecen TOC de un modo muy específico y reconocible: son procastinadores, que es el posponer las cosas, dejarlas para después; presentan inercia, les cuesta cambiar de un estado a otro o de una situación a otra, sin malestar, porque les pesan los cambios; son híper moralistas, lo que hace que transmitan una sensación de intolerancia, incomprensión y hasta a veces falta de empatía hacia otros, lo que dificulta sus relaciones en gran medida; tienen responsabilidad exagerada y son muy exigentes con quienes los rodean; tienden a la irritabilidad; a veces son meticulosos en sus explicaciones y les cuesta discriminar lo importante de los detalles sin importancia.
Mal de muchos…
Vale aclarar que no es un problema tan extraño y ajeno, sino más frecuente de lo que pensamos: el TOC afecta a uno de cada 200 jóvenes y suele tener un alto impacto sobre su funcionamiento general, afectando áreas de rendimiento escolar, social, deportivo, etc. La mayoría de los niños y adolescentes lo sufren en silencio hasta que sus padres, maestros o amigos se dan cuenta.
Nada de qué avergonzarse
Como vemos, esta “epidemia oculta” hace que la persona que la sufre TOC sienta vergüenza de sí misma por lo insignificante de un pensamiento a una acción (como acomodar las pantuflas de una manera determinada para poder dormir) o por lo atormentador del síntoma (ideas de herir, sexuales, bizarras).
que, en un polo o en el otro, “han sufrido la burla o la descalificación de su entorno, esto hace que intenten por todos los medios mantener sus síntomas de la manera más secreta posible. Claro que, dependiendo de la gravedad de éstos y del nivel de condicionamiento y limitación que produzca, el entorno íntimo del paciente con TOC no es ajeno a la enfermedad, incluso hasta es víctima de la misma”. “Suelen llevarlo guardado como un problema secreto, del que no se habla o se hace con vergüenza. Esto genera dificultad en la detección temprana del trastorno y la posibilidad de intervenir rápidamente, pues cuanto antes se intervenga más fácilmente se resolverá, contrariamente cuantos mas años lleve instalado el trastorno más difícil se hará su remisión”.

El tratamiento
¿Cómo se puede ayudar a quienes padecen estas dificultades? ¿El TOC se cura? La buena noticia es que hay mucho por hacer para sentirnos mejor. 
“el tratamiento indicado es de psicoterapia de tipo cognitivo conductual, donde muchas veces se evalúa con un médico psiquiatra la posibilidad de medicar por un tiempo con el objetivo de reducir los síntomas”.


Esta psicoterapia deberá enfocarse en diferentes aspectos:
•La psicoeducación del paciente y su familia. Esto quiere decir brindarles toda la información necesaria sobre el trastorno, cómo evoluciona, cómo se trata, etc. Contar con información adecuada nos tranquiliza.

•Diferenciar a la persona del trastorno. Quien padece un TOC, no es un TOC. Tiene algo o le pasa algo que se llama así. La clave está en no reducir a la persona al síntoma, ya que es mucho más que lo que le sucede. Por eso, necesita estar acompañado, ser contenido y entendido, sin críticas, culpas ni cargas.

•La identificación de los rituales. Como quien padece este trastorno suele estar muy angustiado o asustado por lo que le pasa, es muy frecuente que el entorno intente ayudarlo a calmar su ansiedad y por eso muchas veces quienes lo rodean se conviertan en colaboradores de sus rituales y sean parte de ellos. En tal caso, será tarea del psicólogo y de la familia realizar un trabajo de identificación de los rituales y de quiénes están involucrados para poder cortar con el circuito que alimenta al síntoma.

•Reconocer y anticipar los pensamientos involuntarios. En el tratamiento y con la ayuda de técnicas especialmente diseñadas para tal fin, el paciente aprenderá a reconocer y anticipar sus obsesiones, aquellas que le generan miedos y ansiedad, y se le enseñará, poco a poco, a interpretar adecuadamente los estímulos o experiencias de la realidad, así como la posibilidad de crear recursos internos que le brinden mayor seguridad para evitar los mecanismos compulsivos.

En consecuencia, según el especialista, la mejor respuesta se logra asociando el esquema farmacológico a la terapia cognitivo conductual: combinar ambas partes, en pro del bienestar del paciente. Lo que se buscará, en todos los casos, es disminuir la frecuencia, la duración y la intensidad de las obsesiones y las compulsiones, mejorando la capacidad adaptativa y la funcionalidad del individuo. 

Aunque la mayor parte de las veces no se logra la desaparición completa de los síntomas, el reducir el tiempo y el malestar que estos producen es un logro significativo y que justifica enormemente la realización de un tratamiento, que será sin dudas a largo plazo.



Películas, series, teatro: son muchos los casos en los que el TOC se vuelve protagonista, expresando una problemática compleja y realista a la vez. Recordemos a los personajes obsesivos más emblemáticos:

-TOC, TOC. La mayoría de los porteños escuchamos el término por primera vez gracias a la exitosa obra de teatro de la calle Corrientes, que va por su tercera temporada y ya la llevan vistas más de 450 mil personas. En esta historia, seis personajes que padecen trastornos obsesivos-compulsivos se encuentran y se conocen en la sala de espera de un afamado psiquiatra, con el fin de solucionar sus problemas. Lo curioso es que el psiquiatra nunca acudirá a la terapia y serán ellos los que tengan que llegar a sus propias conclusiones. 


-The Big Bang Theory. Uno de los nerds más graciosos de la televisión, Sheldon Cooper (interpretado por el actor Jim Parsons), es un caso emblemático del genio cuyas obsesiones le dificultan la vida social y cotidiana. Él, que obtuvo su primer doctorado a laos 15 años y trabaja como físico teórico, padece compulsiones como tocar tres veces la puerta y decir el nombre de la persona que está dentro tres veces más; asume estrictas rutinas diarias como dedicar una noche de la semana a cada tarea o afición; y tiene una clara dificultad para socializar y empatizar con los demás. En el fondo, es cariñoso y amable y está dispuesto a ayudar a las personas le importan y, gracias al apoyo incondicional de sus amigos, poco a poco va mejorando sus vínculos. 



via: 

PYRAT Psicoterapia y Red de Acompañantes Terapéuticos

lunes, 12 de agosto de 2013

Piaget, J: Periodo operatorio concreto (7 a 12 años)

          
  A los 7 años se produce un pasaje del periodo pre-operatorio al periodo operatorio concreto. El niño, que había pasado del estadío sensorio-motor al pre-operatorio gracias a la posibilidad de representar, puede ahora realizar operaciones a partir de la adquisición de la noción de reversibilidad. El pensamiento ya no es pre - lógico y comienza a tener en cuenta el punto de vista de las demás personas. Las operaciones consisten en acciones interiorizadas y agrupadas en sistemas coherentes y reversibles (reunir y disociar, etc.). Las operaciones concretas son concretas en el sentido de que afectan directamente a los objetos y aún no a hipótesis enunciadas verbalmente.
            Estas operaciones nacientes se coordinan ya en estructuras de conjunto, pero son pobres y proceden aún progresivamente a falta de combinaciones generalizadas. Esas estructuras son, por ejemplo, clasificaciones, seriaciones, correspondencia término a término, etc. Estas estructuras constituyen “agrupamientos”.
         En el nivel operatorio el universo es más complejo.
         Cuando se llega a la descentración, esta debe realizarse tanto en cuanto al mundo físico como al universo interindividual y social. En esta descentración surgen objetos análogos al yo, semejantes (el niño puede prestar el juguete). Hay un reconocimiento del otro y hay un yo que se discrimina del otro. Se toma en cuenta el punto de vista del otro.
            El juego simbólico, que está en apogeo entre los 3 y 5 años, pasa a ser juego de reglas en el operatorio. ¿Por qué?
A partir del operatorio concreto, durante los 7 años, hay una adquisición de autonomía. El pensamiento tiene una nueva estructuración. El aprendizaje es esencial en la escolaridad del niño. El vínculo es cooperativo (no precooperativo como en el preoperatorio). Aparecen a su vez los juegos de reglas. Atravesando el juego simbólico y el juego de reglas se encuentra el juego de construcciones. A partir de los 7 años, se respetan las reglas. Hay un pensamiento operatorio que le permite incorporar las reglas. Hay mayor socialización y nuevas relaciones interindividuales de naturaleza cooperativa. Los juegos de reglas son instituciones sociales. Ahora comienza la competencia: el niño quiere ganar. Esto debe transformarse en ámbito de intercambio y no de agresión. En el preoperatorio ganaban todos y el niño estaba contento, ahora compiten.
           
Se pasa del juego solitario a un juego en común (cooperativo). Con respecto a los intercambios verbales, entre los 4 y los 6 años, suele haber monólogos colectivos. Es un lenguaje egocéntrico, el niño habla para sí.
         A los 7 años, hay un intercambio verbal mucho más avanzado.
        Piaget dice que la moral es heterónoma en el preoperatorio y autónoma en el operatorio. Se aceptan las reglas como una convención social. La condición para que la regla se sostenga es que esté presente el adulto en un primer momento.
Realismo moral à el niño toma una situación en el aspecto real de esa situación. Ej: “miente más el niño que dice que vio un perro grande como una vaca, que el que dice que se sacó una buena nota cuando en realidad es mentira, porque no existen perros del tamaño de vacas”.
            En el nivel de las operaciones concretas, los conceptos ya son sistemas de clases, es decir,  conjuntos de objetos agrupados según las relaciones particulares agrupadas según relaciones de encajes jerárquicos (parte y todo), o sistemas de relaciones particulares agrupadas según su naturaleza asimétrica o simétrica.
            El concepto supone una definición fija, que corresponde a una convención estable que asigna su significación al signo verbal.
Las operaciones son reversibles e interiorizables.
            Las intuiciones se transforman en operaciones a partir del momento en que constituyen sistemas de conjunto a la vez componibles y reversibles.
            Las transformaciones reversibles puede ser inversas (A – A = 0), en donde se vuelve al punto inicial, o recíprocas (A à B y B à A).
            La transformación operatoria es relativa a un invariante. El niño adquiere la noción de conservación de sustancia (alrededor de los 7 años). Luego, adquiere la de peso a los 9 años y la de volumen a los 11 años. Puede tomar dos variables en forma simultánea. Por ejemplo, hay dos recipientes: A (más largo) y B (más ancho). Se traspasa líquido de un recipiente a otro. El niño antes tomaba una sola variable: “hay mas liquido en A porque es un recipiente más alto”. Ahora entiende que en ambos recipientes hay la misma cantidad de líquido.
            La causalidad también va sufriendo modificaciones: en el sensorio motor era mágico-fenomenista; en el preoperatorio tiene que ver con el finalismo, realismo y animismo (también es similar a la mágico-fenomenista.
            En el operatorio las ideas se pueden coordinar en la operación.
            Las operaciones se coordinan en una estructura de conjunto. Esto es de una manera pobre: no hay combinaciones generalizables. Estas se logran con las operaciones formales.
            Aparecen las estructuras de agrupamiento: clasificación, seriación y correspondencia término a término.
            En el preoperatorio, lograba hacer colecciones que al principio eran figurables. Luego, pasa a las colecciones no figurables y toma un elemento, por ejemplo el color, y divide a partir de ese elemento. Todavía no clasifica. La clasificación aparece en el operatorio concreto (separa todos los cuadrados, los círculos, los triángulos).
            El sistema esencial de operaciones que permite engendrar las nociones generales o “clases” y que constituye toda clasificación es el encajamiento de las partes en el todo, o, inversamente, la extracción de las partes en función del todo.
            Hay 3 grandes etapas: 1) las “colecciones figurables”, en la que los niños disponen los objetos no sólo según sus semejanzas y diferencias individuales, sino yuxtaponiéndolos espacialmente en filas, en cuadrados, en círculos, etc., de modo que su colección implica, por sí misma, una figura en el espacio; 2) las “colecciones no figurables”, que consisten en pequeños conjuntos sin forma espacial diferenciables en subconjuntos; y 3) la clasificación operatoria, que consiste en un encaje de clases en extensión.
            Antes de la seriación, en el preoperatorio, reunía los elementos por parejas. Luego logra una especie de seriación, pero esta aparece propiamente dicha en las operaciones concretas con la adquisición de la noción de número. La seriación es tanto para la numeración como para la alfabetización. La seriación consiste en ordenar los elementos según sus dimensiones crecientes o decrecientes. Un método sistemático, consistente en buscar, por comparaciones, dos a dos, el más pequeño elemento aparente, luego el más pequeño de los que quedan, etc.
            La correspondencia término a término, que colabora con la noción de número, permite una fijeza tanto con esto como con la conservación de sustancia..
            Se dan una serie de transformaciones, que permiten alcanzar el equilibrio móvil, de manera simultánea: transitividad, reversibilidad, asociatividad, identidad, tautología lógica.
Ø  TRANSITIVIDAD: A < B y B < C = A < C. Dos acciones sucesivas se coordinan en una sola.
Ø  REVERSIBILIDAD: A + B = C ; C – B = A. Hay esquema de acción reversible.
Ø  ASOCIATIVIDAD: (A + B) + C = D ; A + (B + C) = D. Un mismo punto puede ser alcanzado por 2 caminos distintos.
Ø  IDENTIDAD: A = A. El retorno al punto de partida permite encontrar a éste idéntico a sí mismo.
Ø  TAUTOLOGÍA LÓGICA: X + X = X. La acción al repetirse no agrega nada. Es una nueva acción con efecto acumulativo.
Cuando se producen estas transformaciones, se alcanza el equilibrio móvil.

Causalidad y azar

            Alrededor de los 3 años, hay una causalidad intermedia. El niño busca la razón de los fenómenos fortuitos. Están ligados a la percepción. El niño une el tamaño del auto con la situación: un auto grande para paseos largos y un auto chico para paseos chicos. Está centrado en su propio punto de vista.
            De la causalidad sensoriomotora (mágico-fenoménica) donde cualquier cosas puede desencadenar cualquier cosa, se pasa a una pre-causalidad representativa en el preoperatorio.
Esto da lugar a una causalidad racional (7/8 años) por asimilación a las operaciones. Hay coordinación general de la acción. La asimilación es a las operaciones (en el sensoriomotor era a la acción propia).
Causalidad sensomotora à precausalidad representativa à causalidad racional
            La operación ya está interiorizada, porque se maneja con imágenes, que pueden ser reproductoras o anticipadoras.
            Generalmente, en el preoperatorio, estas imágenes eran estáticas. Ahora, en el operatorio concreto, puede ser de movimiento (cinéticas) o de transformación.
            En el período preoperatorio están, primero, las colecciones figurables y, después, las no figurables. A partir del operatorio concreto, ya clasifica.
2/3 años à toma los objetos y arma una torre.

5/6 años à puede tomar características, reunirlas y relacionarlas, pero van a variar (colecciones figurables al principio y colecciones no figurables después). Necesita la adquisición del concepto para poder clasificar.

Osterrieth: Análisis del dibujo infantil

Osterrieth plantea que el niño, a los 2/3 años, comienza haciendo garabatos. Siempre tiene que haber un estímulo del medio externo (alguien que le de hojas y lápiz). Luego pasa por una etapa de esquematismo, donde se dibuja de memoria y no lo que se ve del objeto, para llegar finalmente al agotamiento de la actividad grafica.

1)    Garabateo à No hay intención figurativa. El Garabateo consiste en la producción de trazos por la simple actividad motora. Hay despliegue de la actividad motriz con sensaciones placenteras. Los trazos, al principio, son impulsivos o lanzados. Después, son trazos de barrido (debido a que no se puede flexionar el codo). A veces los trazos sobrepasan los límites de la hoja.
 Luego, hay un garabateo variado durante el cual empieza a haber un cerramiento de figuras (gracias al logro de la rotación de muñeca) o trazados más rectilíneos. Al aparecer la rotación del puño y unirse con la rotación del antebrazo, puede hacer círculos y bucles. A los 2 años, va a poder hacer trazos variados, que pueden adquirir valor de símbolo. El gráfico empieza a tener valor de significación (símbolo).
Los trazos representan algo, alguna cosa. Hay carácter representativo. Tiene que ver con el elemento perceptual. Representa las cosas que son significativas para él.
Con los monigotes, el cerramiento le empieza a permitir representar a la figura humana.


2)    Esquematismo à va de los 3 a los 9 años. Se constituye un “vocabulario” de estructuras gráficas con valor representativo. Los esquemas se construyen por yuxtaposición, inclusión y combinaciones diversas de los elementos de repertorio de trazos ya constituidos con anterioridad, en el que desempeñan papel preponderante los “bastones” y los “redondeles”, pero a los que van a unirse bien pronto infinidad de otros tipos de trazados, dando lugar a una proliferación de formas. El niño no copia el objeto, sino que lo dibuja “de memoria”. No le preocupa la apariencia “objetiva” del modelo.
 Primero aparecen los “ideogramas”, los esquemas que en principio son individuales (3 años). El niño realiza trazos y los reitera. Esto se constituye en esquemas que ya tienen valor simbólico debido a que hay intención figurativa. Acá empieza el dibujo. Al principio, hay una fase enumerativa. Hay enumeración gráfica por yuxtaposición de esquemas. El dibujo ofrece un carácter enumerativo.
Osterrieth habla de geometrismo aditivo: el niño, como se menciono con anterioridad, no dibuja lo que ve: no interviene la percepción. Dibuja lo que es importante para él. Sabe que el monigote no es exactamente igual a una persona, pero le basta para representarla. Al dibujar un monigote, la cabeza de la figura es un círculo y sus brazos y piernas son bastones. El niño identifica a estas figuras como parte del cuerpo humano cuando están unidas. Pero si estas figuras se aíslan del cuerpo y son percibidas por el niño como figuras individuales, éstas serán identificadas como “círculos” o “bastones” y no como “cabeza” o “brazos/piernas”.
 Hacia los 4 años comienza a realizar una combinación de esquemas en escenas elementales. Aparecen los primeros rudimentos de escenas, donde el encadenamiento de los diversos elementos, que al principio se hacía oralmente, se hace ahora gráfico. Objetos y personajes se ponen en relación por medio de yuxtaposiciones y combinaciones muy sencillas. Ej: el niño dibuja a “mamá en la cama” o “el auto en el garaje”. Aparecen los dibujos “en serie” en los que, el mismo esquema y en particular el esquema humano, se ve representado varias veces y de manera prácticamente idéntica. Esos personajes en serie, colocados uno junto al otro, conducirán pronto a la representación de la familia.
c) Luego, hay combinaciones de esquemas en escenas complejas y paisajes, y primeras tentativas para representar el movimiento y el espacio. El movimiento es representado, por ejemplo, con flechas.
 Puede empezar a dibujar a la familia (5 años). Cuando dibuja a la familia, ya no todas las personas son iguales. Al haber diferencia de los sexos, por ejemplo, la madre o la hermana es dibujada con pelo largo.
Los personajes se animan, se ponen en actividad, entran en interacción los unos con los otros. Las escenas, en general, corresponden a episodios reales de la vida familiar o de la escuela maternal. En los primeros paisajes, la casa y el árbol ya no están aislados, sino que ocupan un lugar preponderante.
Luego, combina los esquemas y a los 6 años aparecen las figuras de perfil. Tienen lugar la línea cielo y la línea tierra: Los objetos ya no están flotando. El niño empieza a dibujar un piso, pasto, nubes, estrellas, el sol, la luna. Necesita acotar el espacio y ubicar los elementos en algún tipo de proporción.
Empieza a haber perspectiva, figura/fondo. Puede haber transparencias, como por ejemplo dibujar una gata embarazada con sus hijitos en la panza.
Puede apareciarse que el niño tiene en cuenta la vista de pajaro al dibujar: un ejemplo de tipico es cuando dibuja la canchita de futbol con los arcos y jugadores vistos desde arriba.
Hacia los 8 aparece lo que se llama abatimiento: se dibuja una figura con disposición radial, por ejemplo: un grupo de chicos bailando en circulo. Al lado, la maestra de baile (dibujada mas grande) como figura de autoridad.
d) Hacia los 7/9 años, hay desdoblamiento del esquema hacia una representación más flexible, más anecdótica, más realista. Se dirige hacia una posición más realista. El niño dibuja escenas de cuentos, películas, dibujos animados. Si bien dibuja de memoria, empieza a prestar atención a los datos visuales.

3)    Realismo convencional à va de los 9 a los 13 años. Los trazos son objetivamente figurativos (trata de hacer que el dibujo se parezca al modelo, dibuja lo que vé) y hay integración. Toma en cuenta la 3ra dimensión. El niño intenta una representación naturalista, más conforme con las informaciones de orden visual. Los elementos geométricos se sustituyen por trazos mucho menos estereotipados, infinitamente más variados, más elaborados y más objetivamente figurativos. Esos trazos conservan desde este momento su carácter específico y se mantienen identificables. Los elementos ya no van sencillamente pegados o yuxtapuestos unos con otros, sino que tienden a integrarse entre sí de una manera orgánica. Desaparecen las transparencias, estereotipias, etc.
Aparece la tercera dimensión.

  4)    En un 4to nivel, que sería el de la diferenciación de las evoluciones individuales y agotamiento de la actividad gráfica (pubertad y adolescencia), decrece la actividad gráfica y queda limitada a las personas interesadas en dibujar.

      No hay ya una necesidad de dibujar como al principio. El dibujo forma parte de la adquisicion de la función semiótica en el periodo pre-operatorio (2 a 7 años). Asi como el lenguaje, la imitación, el juego simbolico y la imagen mental, el dibujo tiene gran relevancia para el desarrollo. El dibujo es una necesidad cuando uno es niño. No asi en la adolescencia, donde otros intereses ocupan al sujeto. 
Cambia el cuerpo y también los intereses de la persona. 

miércoles, 7 de agosto de 2013

Freud, S: Latencia y sublimación

La latencia es el período comprendido entre la declinación de la sexualidad infantil (5to o 6to año) y el comienzo de la pubertad, y que representa una etapa de detención en la evolución de la sexualidad. Durante este período se observa una disminución de las actividades sexuales, la desexualización de las relaciones de objeto y de los sentimientos (especialmente el predominio de la ternura sobre los deseos sexuales) y la aparición de sentimientos como el pudor y el asco y de aspiraciones morales y estéticas. Según la teoría psicoanalítica, el período de latencia tiene su origen en la declinación del complejo de Edipo. Corresponde a una intensificación de la represión (que provoca la amnesia infantil), una formación de las identificaciones con los padres y un desarrollo de las sublimaciones.
Freud habla de “período” de latencia y no de “fase”. Esto se debe a que durante este período, si bien pueden observarse manifestaciones sexuales, no se puede hablar en de una nueva organización de la sexualidad (ya que no aparecen zonas erógenas nuevas).

Entonces: 
La latencia se ubica entre el Complejo de Edipo y la pubertad.
Hay una perdida de interes por la actividad sexual.
Tienen lugar los diques (asco, verguenza, moral).
Se internaliza el superyó y por tanto, las prohibiciones e ideales de los vinculos parentales.

Ademas, a partir de los 6 años (cuando comienza el periodo de latencia), empiezan a caer los primeros dientes de leche y se modifica el maxilar. Esto no es poco importante ya que el niño no es mas el bebe lindo con cachetes, esto repercute en la madre. 
El niño ahora entiende que los juegos tienen reglas: no le da igual ganar o perder. Antes ganaban todos y se iba contento. Ahora, en la latencia, quiere ganar, que pierda el otro y ademas, que se cumplan las reglas.
Aparece el deporte como juego competitivo! No es casualidad que empiece a tener lugar la competencia a esta altura del desarrollo. Hay que tener en cuenta que el periodo de latencia le sigue al Complejo de Edipo, en donde el padre (en el caso del varoncito) es tomado como rival, el primer rival, al disputarse el amor por la madre. El falo regula la competencia.

La cultura es muy importante en el periodo de latencia, ofreciendo canales para la simbolización y la sublimación.

SUBLIMACIÓN: La sublimación es un proceso postulado por Freud para explicar ciertas actividades humanas que aparentemente no guardan relación con la sexualidad, pero que hallarían su energía en la fuerza de la pulsión sexual. Freud describió como actividades de sublimación principalmente la actividad artística y la investigación intelectual.
Se dice que la pulsión se sublima, en la medida en que es derivada hacia un nuevo fin, no sexual, y apunta hacia objetos socialmente valorados.
La sublimación, entonces, tiene que ver con la capacidad de reemplazar la meta sexual originaria por otro fin, que ya no es sexual pero se le halla psíquicamente emparentada.

Freud, S: Yo, ello, superyó

Es concebido el yo como la parte del ello modificada por el influjo del sistema de percepcion, el subrogado del mundo exterior real en lo anímico. Se agrega algo mas: un grado en el interior del yo, una diferenciación dentro de él que se llama ideal del yo o supeyó.
La trasposición de libido de objeto en libido narcisista conlleva una resignación de las metas sexuales, una desexualizacion y por tanto una suerte de sublimación.
Génesis del ideal del yo: tras este se esconde la identificación primaria, la identificación con el padre de la prehistoria personal. Es una identificación directa e inmediata. El niño varón desarrolla tempranamente una investidura de objeto hacia la madre a partir del pecho materno y del padre se apodera por identificación. Por un tiempo, estos vínculos marchan juntos, pero por el refuerzo de los deseos sexuales hacia la madre y por la percepcion de que el padre es un obstáculo frente a estos deseos, nace el complejo de Edipo. La identificación padre cobra valor hostil (el padre como rival).
Con la demolición del complejo de Edipo tiene que ser resginada la investidura de objeto de la madre. Puede tener dos diversos remplazos: una identificación con la madre o un refuerzo de la identificación padre. El ultimo es el desenlace mas normal. la masculinidad experimentaría una reafirmación en el carácter del varon por obra del sepultamiento del Edipo. Análogamente, la actitud edipica de la niña puede desembocar en un refuerzo de su identificación madre o que afirme su carácter femenino.
Puede haber un complejo de Edipo normal y positivo o un complejo de Edipo negativo.

El superyó no es simplemente un residuo de las primeras elecciones de objeto del ello sino que tiene la significatividad de formación reactiva frente a ellas. Hay una doble faz del superyó que conservara el carácter del padre y cuanto mas intenso fue el complejo de Edipo y mas rápido se produjo su represión, tanto mas riguroso devendrá después el imperio del superyó como conciencia moral.
El superyó es la agencia representante del vinculo parental. Es la herencia del complejo de Edipo.
Mientras que el yo es el representante del mundo exterior, de la realidad…el superyó se le enfrenta como abogado del mundo interior, del ello.

La tensión entre las exigencias de la conciencia moral y las operaciones del yo es sentida como sentimiento de culpa


Gesell: Reflejos del recien nacido

-          Motilidad pasiva: tono muscular
El tono muscular es una capacidad específica regida por el sistema nervioso central y se expresa en los músculos como estado de tensión permanente de origen reflejo. No se concibe ningún desplazamiento muscular sin un estado tónico previo. Tiende al ajuste de posturas. La función muscular juega un rol importante en la futura integridad de toda la función neurológica del lactante.  En la semana 24 los músculos adquieren más consistencia. Los niños con buen tono muscular destacan su cuerpo bien perfilado sobre el plano en el que se encuentra pero existen niños con hipotonía qu parecen adaptar su masa corporal al plano en el que se apoyan. El tono constituye la manera de expresión del niño pequeño: el dialogo tónico.


-          Motilidad activa
Actividad espontanea: movimientos que, si bien corresponden a estímulos externos, no parecen reacciones sino que producen la impresión de espontaneidad. Por ejemplo: flexión y extensión de los miembros, movimientos oculares, el grito, etc.

Actividad refleja: los reflejos son reacciones automática desencadenadas por estímulos determinados y tienden a favorecer la adecuación del sujeto al ambiente. Algunos acompañan al sujeto durante la primera edad, desapareciendo entre los dos y seis meses y se llaman REFLEJOS ARCAICOS. Otros permanecen durante toda la vida.

Al avanzar la maduración del sistema nervioso (mielinizacion), los estímulos que desencadenan reflejos van provocando respuestas menos automáticas, dando paso a la actividad psicomotriz voluntaria.

Refljejos arcaicos:

1)      Reflejos orales: reflejos que persiguen al acto alimentario. Comprenden los reflejos de búsqueda, succión y deglución. El reflejo de búsqueda es la orientación selectiva de los labios y la cabeza hacia el sitio donde se realiza la estimulación. Mas semejantes son las características del estimulo al pezón humano, mayor es la capacidad de excitación. Una vez llevada a cabo la presión bucal del pezón o el biberón, tiene lugar la succión y deglución: esta succión no se verifica solo con el movimiento labial sino que l actividad es más compleja e intervienen las mejillas, la lengua y las mandíbulas.
Los reflejos orales están presentes desde el nacimiento. La conducta de los bebes al alimentarse muestra una alternancia organizada entre esfuerzos de succión y momentos de pausa para recuperarse.

2)      Reflejo del moro (forma de cruz): es la reacción corporal masiva siguiente al sobresalto determinado por estímulos que inducen a una brusca extensión de la cabeza que altera su relación con el tronco. La respuesta de los brazos superiores es lo que se llama Moro superior y existe una equivalencia en los miembros inferiores que se llama Moro inferior. Este reflejo se manifiesta de igual manera a ambos lados del cuerpo: toda asimetría debe considerada anormal. El Moro inferior persiste una semana luego de la desaparición del Moro superior, lo que confirma la dirección céfalo-caudal de la maduración. El reflejo del Moro podría considerarse como una reacción equilibradora de defensas.

3)      Reflejo de prensión palmar (grasping): el estimulo de la palma de la mano acarrea el cierre de la mano. Su ausencia total es signo patológico. El reflejo de disipa al final del segundo mes y es necesario que haya desaparecido para dar lugar a la prensión voluntaria.

4)      Reflejo tónico cervical: es el reflejo postural, desencadenado por cambios de posición de la cabeza en relación al tronco. Este reflejo resulta de la tendencia de mantener la cabeza rotada hacia uno u otro lado. La  actitud de la cabeza rotada le permite ver al niño los barrotes de la cuna, paredes o personas. El rostro de la madre será reconocido. Otro objeto importante que será reconocido es su propia mano ya que gracias a este reflejo la mano, como objeto móvil, cruza su campo perceptual. La mano luego comenzara a abrirse. Todo esto permite la adquisición de “la imagen de la mano”.

5)      Reflejo de la marcha: al contacta las plantas de los pies con un plano firme y echando el cuerpo ligeramente hacia delante, se desencadena este reflejo que consiste en una serie de pasos que da el niño que asemeja la marcha del adulto. La ausencia de este reflejo indica trastorno neurológico.

6)      Reflejo de incurvacion del tronco: es una de las reacciones más primitivas. Se excita la piel de una zona costo lumbar, la columna se incurva hacia ese lado. Hay movimientos leves de rotación del tronco y elevación de la pelvis del lado estimulado. Se atenúa rápidamente en las semanas siguientes al nacimiento (2do mes).

7)      Reflejo de ojos de muñeca japonesa: si imprimimos la cabeza del bebe movimientos de rotación, los globo oculares no acompañan el movimiento de la cabeza, sino que se desplazan en el sentido inverso. Este reflejo se atenúa a partir del decimo día y es reemplazado por el reflejo de fijación ocular.


Primer reflejo que se transforma: visión. Muñeca japonesa a fijación ocular. Esto deja en evidencia la dirección céfalo-caudal (empieza por la cabeza).

El segundo reflejo que se transforma es el tónico cervical, que se inhibe cuando se obtiene el sostén cefálico. 

Freud, S: La organización genital infantil

Los niños muestran muy tempranamente un interés por sus genitales y por los signos de excitación de estos.
-    -  La actividad sexual no comienza solo con la pubertad sino que se inicia enseguida después del nacimiento con exteriorizaciones.
-   - Es necesario distinguir entre los conceptos de “sexual” y “genital”. El primero es el más extenso e incluye actividades que nada tienen que ver con los genitales.
-  -  La vida sexual incluye la función de la ganancia de placer a partir de zonas del cuerpo, función que es puesta con posterioridad al servicio de la reproducción.

Una vez trasncurrido el periodo de latencia, la vida sexual prosigue con la pubertad: hablamos asi de dos tiempos de la vida sexual.
El primer órgano que aparece como zona erógena es la boca. Muy temprano, en el chupeteo en que el niño persevera se evidencia una necesidad de satisfacción que si bien el punto de partida es la recepción de alimento, aspira a una ganancia de placer independiente de la nutrición y por eso puede y debe ser llamada sexual. Ya durante esta fase oral entran en escena, con la aparición de los dientes, unos impulsos sádicos aislados. Esto ocurre en mayor medida en la fase sádico-anal pues la satisfacción es buscada en la agresión y en la función excretoria (hacer caca).fase fálica se asemeja ya en un todo a la plasmación de la última vida sexual. No desempeñan un papel aquí los genitales de ambos sexos sino solo el masculino (falo). Los genitales femeninos permanecen aun ignorados. El niño, en su intento de comprender los procesos sexuales, rinde tributo a la teoría de la cloaca. Con la fase fálica, la sexualidad de la primera infancia alcanza su apogeo y se aproxima a su sepultamiento.
El sadismo es una mezcla pulsional de aspiraciones puramente libidinosas con otras destructivas puras. La tercera fase llamada
Los caminos de los sexos se divorcian: el varoncito entra en la fase edipica y la niña experimenta la envidia por su falta de pene.
La organización plena solo se alcanza en la pubertad, en una cuarta fase llamada fase genital.

Este proceso no siempre se consuma de manera impecable. Las inhibiciones en su desarrollo se presentan como perturbaciones de la vida sexual. En tales casos existen fijaciones de la libido a estado de fases más tempranas, cuya aspiración, independiente de la meta sexual, es designada perversión. Ejemplo: la homosexualidad.



Fases del desarrollo de la organización sexual:                      
Organizaciones pre genitales: zonas genitales todavía no han alcanzado papel hegemónico. 
ü  Oral: no hay diferenciación de opuestos.  La actividad sexual no se ha separado de la nutrición  Mismo objeto en las dos actividades.  La meta sexual consiste en la incorporación del objeto.  Ej. Chupeteo. 
ü  Sádico-Anal: organización de la libido bajo la primacía de la zona erógena anal. Es la primera fase en la que se constituye una polaridad activo - pasivo.  La actividad es producida por la pulsión de apoderamiento a través de la musculatura del cuerpo.  El órgano de la meta sexual pasiva se constituye ante todo en la mucosa erógena del intestino.  Sus objetos no coinciden. 
ü  Fálica (esta fase la introduce en “La organización genital infantil”): hay una unificación de las pulsiones parciales bajo el primado de los órganos genitales pero, a diferencia de la organización genital del adulto, el niño/niña no reconoce en esta fase más que un sólo genital, el masculino y la oposición de los sexos equivale a la oposición genital masculino-castrado.

Gesell: Adquisión de la marcha

El desarrollo comprende todos los cambios progresivos en una secuencia que tiende a una complejidad cada vez mayor. Estos cambios son de orden cuantitativo (crecimiento) como cualitativo (maduración). Dicha secuencia avanza en un proceso que sigue dos direcciones simultáneamente: céfalo-caudal (de la cabeza a la cola) y próximo distal (del eje corporal a las extremidades). Así, las conductas motoras de prensión y marcha se irán adquiriendo durante el primer año de vida.

3 meses: sostén cefálico: se da alrededor del segundo mes aunque la lordosis cervical que permitirá superar la inclinación hacia delante de marcara recién en el tercer mes.
4 meses: comienzo de la prensión: la dirección céfalo-caudal se combina con la próximo-distal, dando lugar a la primera forma de prensión voluntaria que se produce en espejo con los dos brazos convergiendo en el centro del eje corporal. La parte superior del tronco se rectifica.
6 meses: posición en trípode: a los seis meses la rectificación alcanza la parte media del tronco. El bebe logra las primeras formas de la posición sentada (poca estabilidad).
7-8 meses: posición sentada definitiva: el tronco ya totalmente recto, permite el logro de la posición sentada. El bebe mantiene el equilibrio incluso si se inclina para tomar un objeto y puede volver a la posición inicial. La prensión evoluciona: usa cada mano de forma independiente y las piernas toman fuerza.
9 meses: gateo: se marca el umbral de la marcha independiente. (La ausencia de gateo no es significativo en el desarrollo).
10 meses: posición de pie: el bebe logra permanecer de pie sosteniendo el peso del cuerpo sobre las piernas. La adquisición de equilibro requiere tiempo y practica.
11 meses: marcha con apoyo – pinza fina: se marca la lordosis lumbar que permitirá superar la inclinación del tronco hacia delante y lograr el equilibrio de la posición en pie definitiva. El desarrollo en dirección próximo-distal alcanza la adquisición de la pinza fina usando el pulgar y el índice. Logra caminar aunque el medio más eficaz para moverse es el gateo. Puede usar apoyos para adquirir solo la posición de pie. El “andar de pato” es típico a los 11 meses. (Con toda la planta del pie contra el piso).
12-13 meses: marcha independiente: puede mantenerse en pie sin apoyo y aparecen los primer pasos independientes.
14-15 meses: afianzamiento: se afianza la marcha de manera que los trayectos son más largos y las caídas bruscas menos frecuentes. Los brazos se ubican al costado del tronco y acompañan la marcha con un movimiento pendular. Se está por alcanzar la articulación talón-punta. Puede subir escaleras pero sin alternar los pies.
18 meses: carrera: puede correr pues la adquisición de la marcha ha sido adquirida.

Las edades de cada logro son relativamente variables dependiendo del interjuego entre el factor genético y la estimulación del ambiente. La herencia biológica es una condición necesaria para la maduración pero no suficiente.