En el desarrollo emocional individual el precursor
del espejo es el rostro de la madre. Lacan influyo sobre Winnicott al referirse al uso
del espejo en el desarrollo del yo en cada individuo. En las primeras etapas
del desarrollo emocional del niño desempeña un papel vital el ambiente. Los principales cambios se producen en la
separación de la madre como rasgo ambiental percibido de manera objetiva. Si no
hay una persona que sea la madre, la tarea de desarrollo del niño resulta
infinitamente complicada.
La función ambiental implica:
1- Aferrar
2- Manipular
3- Presentar
el objeto
Un bebe es sostenido y manipulado de manera
satisfactoria y dado esto por sentado se le presenta un objeto en tal forma. El
resultado puede ser el de que el bebe sepa usar el objeto y sentir que se trata
de un objeto subjetivo, creado por él y de ahí nacen las complejidades que
abarcan el desarrollo mental y emocional del bebe y el niño.
¿Qué ve el bebe cuando mira el rostro de la madre?
Winnicott sugiere que por lo general se ve a sí mismo. En otras palabras, la
madre lo mira y lo que ella parece se relaciona con lo que ve en él. Muchos
bebes tienen una larga experiencia de no recibir de vuelta lo que dan. Miran y
no se ven a sí mismos. Surgen consecuencias como atrofiarse su capacidad
creadora. En dirección de la patología se encuentra la predecibilidad y obliga
al bebe a esforzarse hasta el límite de su capacidad de previsión de
acontecimientos. Ella provoca una amenaza de caos y el niño organiza su
retirada o no mira. El que es así tratado crecerá con desconcierto en lo que
respecta a los espejos. Si el rostro de la madre no responde, un espejo será
entonces algo que se mira, no algo dentro de lo cual se mira.
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