miércoles, 3 de julio de 2013

Rosenhan, D. : Acerca de estar sano en un medio enfermo

En el caso de que existiera un estado normal y un estado de locura. ¿Cómo habrían de distinguirse uno del otro?
Rosenhan plantea un caso en el que ocho personas mentalmente sanas consiguen ser admitidas en diferentes clínicas con el pretexto estar sufriendo alucinaciones, escuchar voces, entre otras cosas. Al instante fueron diagnosticados con esquizofrenia.
Los pseudo-pacientes deseaban evitar que el personal les dedicara atención especial y su objetivo consistía en ser dados de alta por propios meritos, sin decir que eran pacientes falsos.
Inmediatamente después de su internación en el servicio psiquiátrico de la institución, los pseudo-pacientes dejaron de aparentar síntomas de anormalidad y comenzaron a comportarse en la institución de la misma manera en que lo hacían normalmente.
Ninguno de los pseudo-pacientes fue desenmascarado como tal. Salvo uno de los casos en el que se diagnostico esquizofrenia, todos los demás fueron dados de alta con un diagnostico de esquizofrenia en remisión.
Las internaciones duraron entre 7 y 52 dias pues no puede decirse que el tiempo no fue suficiente para observar a los pseudo-pacientes.
Sin embargo hay algo extraño…si hubo gente que se dio cuenta que los pseudo-paciente no eran pacientes normales, eran anormales, pues eran pacientes falsos.
¿Quiénes se dieron cuenta? Los verdaderos pacientes de la institución.
Esto demuestra que los médicos se inclinan más a considerar enferma a una persona sana. Es mucho más peligroso no darse cuenta de la enfermedad que no darse cuenta de la salud.
Los diagnósticos psiquiátricos conllevan estigmas personales, jurídicos, sociales, etc.
En cuanto el pseudo-paciente ha sido clasificado una vez de esquizofrénico, nada puede hacer para librarse de ese estigma. Esto deja en evidencia que las cosas adquieren su significado por el contexto en que se presentan.
La propia institución crea una realidad especial, en la cual el significado de las formas de conducta muchas veces es malinterpretado. La consecuencia para los pacientes que permanecen en el medio puede ser impotencia, despersonalización, aislamiento, humillación, desvalorización.
En un medio bienintencionado, que estuviera menos adherido a un diagnostico global, sus formas de conducta así como evaluaciones hubieran podido resultar probablemente efectivas.

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