Desde lo tradicional del pensamiento, la psicología
cognitiva ubica a las emociones como un proceso interno con un significado
privado que ocurre dentro del cuerpo de la persona.
Parkinson sostiene que las emociones son factores netamente
comunicativos. Para que se manifieste una emoción, debe existir un hecho u
objeto importante para la persona. Se considera a las emociones como fenómenos
sociales definidas de modo interpersonal, institucional o cultural (instauran ciertos
valores para favorecer o inhibir emociones), que las emociones tienen
consecuencias para los otros.
“Los otros” son causas sociales de la emoción (ira, miedo,
amor, felicidad, tristeza), son todas emociones que toman en cuenta la relación
del sujeto con otras personas.
Las emociones adquieren importancia a partir de las
interacciones sociales.
Otro desencadenante de emociones depende de objetivos que
aporta la cultura, como la riqueza, la reputación, la libertad, la autoestima.
(Aspecto cultural)
Existen también los llamados mitos culturales, instaurados
en la sociedad: ejemplo: los hombres no lloran, si sos judío sos tacaño, etc.
En nuestra cultura por ejemplo, los bichos tienden a generar
“asco”, mientras que en otros países como Tailandia, los ciudadanos se
alimentan con bichos.
Las emociones ajenas pueden contribuir al proceso causativo
de la emoción, tener efectos interpersonales, es decir, influir las emociones
de los demás. Las emociones de las personas de nuestro alrededor parecen
demandar algún tipo de respuesta. Así pues Parkinson determina que las
emociones pueden verse como modos de comunicación, que tienen la intención de
ser actos comunicativos dirigidos a otra persona en lugar de ser simples
reflejos de un estado mental. Las personas experimentan una emoción para
hacerle saber a otro que debe presta atención a un tema de interés propio.
Miedo/ Peligro/ Ayuda
Tristeza/ Perdida/ Consuelo
Conclusión: LA EMOCION ES COMPLETAMENTE SOCIAL
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