viernes, 26 de julio de 2013

Freud, s: Los sueños: formaciones del inconsciente

No me acuerdo el sueño!!
Me acuerdo alguna parte solamente!!
Soñe algo pero nada de lo que soñe tiene sentido!!

Dice Freud que los sueños son formaciones del inconsciente, descifrables y valen como las escrituras antiguas. Se pueden interpretar los sueños y el sentido de los mismos surge a partir de las asociaciones del soñante. Hay que leer los sueños como acertijos. Cuando hay sueño, hay pensamiento que se expresa en imágenes.
El contenido manifiesto del sueño es el resultado del trabajo del mismo. Hay todo un material elaborado por las operaciones de desplazamiento, condensación, puesta en escena y la elaboración secundaria.
El sueño tiene un sentido, hay un saber no sabido. Solo sabemos la existencia del sueño por su relato.
El sueño tiene carácter alucinatorio. Para ser leído, el sueño debe perder su valor figural.
El relato del sueño es un sustituto de algo que es genuino, que no es previo al sueño sino que aparece en el trabajo asociativo. Para descifrar el sueño, el paciente debe desplegar la cadena asociativa. El tiempo verbal del sueño es “hoy”.
Es muy importante en el sueño el ELEMENTO ONIRICO (elemento del sueño) que es un sustituto de algo cuyo saber está presente en el soñante, pero le es inaccesible.


 Los sueños son eliminaciones de estímulos psíquicos perturbadores del dormir, por la vía de la satisfacción alucinada. Es a partir de la desfiguración onírica que el sueño nos parece incomprensible y así tiene lugar la CENSURA ONIRICA a la que le atribuimos las lagunas dentro del sueño manifiesto. Debemos reconocer la presencia de esta censura cuando un elemento onírico es recordado débilmente. Omisión, modificación, reagrupamiento del material son diferentes efectos de la censura onírica y los medios de la desfiguración del sueño. A la modificación y el reordenamiento podemos reunirlos bajo el titulo de desplazamiento. Así que en el trabajo de interpretación nos aparece como resistencia tenemos que apuntarlo dentro del trabajo del sueño como censura onírica. La verdadera función del sueño es procurar que sigamos durmiendo.
La resistencia es la fuerza que pone objeciones ante la declaración del paciente, por lo tanto, es una prueba clara de la censura onírica. ¿A qué se resiste? A los deseos prohibidos. ¿Contra qué se resiste? Contra los contenidos desagradables de la vigilia (despierto). Si comparamos sueño manifiesto y sueño latente, vemos que algunos elementos han sido eliminados por completo, otros se recogieron en el contenido del sueño manifiesto modificados en mayor o menor medida, y otros entraron en él inalterados y quizá reforzados.
Lo que recordamos del sueño esta mutilado por la infidelidad de nuestra memoria, que parece ser incapaz de conservar el sueño y quizás ha perdido el fragmento más significativo de su contenido.
Cuando a primera vista el informe de un sueño parece de difícil comprensión, se le pide al paciente que lo repita. Es raro que lo repita con las mismas palabras y en esos lugares en los que el paciente modifica su expresión a partir de los que se conocen los puntos débiles del sueño. Todo lo que perturba en la prosecución del trabajo es una resistencia.
No es raro que en la mitad de un trabajo interpretativo emerja un fragmento omitido del sueño al que se define como olvidado. Esta parte del sueño arrancada es la más importante y lleva por el camino más corto a la solución del sueño y por eso fue sometida a la resistencia.


¿Todo sueño puede obtenerse interpretación? ¡No! En el trabajo de interpretación se tiene en contra los poderes psíquicos responsables de la desfiguración onírica. Será asunto de la relación de fuerzas que alguien pueda, según su capacidad para superarse, sus conocimiento psicológicos, intelecto, etc. Para vencer las resistencias.

Reglas en la interpretación del sueño:
-          No hay que hacer caso de lo que el sueño parece querer decir, sea comprensible o absurdo, pues nunca será eso lo inconsciente que buscamos.
-          Hay que limitar el trabajo a evocar, para cada elemento, las representaciones sustitutivas sin reflexionar sobre ellas, sin hacer caso cuán lejos nos llevan del elemento onírico
-          Hay que esperar hasta que lo inconsciente oculto se instale por si solo


El sueño del teatro
Una mujer joven, casada desde hace tiempo sueña: está sentada con su marido en el teatro, un sector de la platea está totalmente desocupado. Su marido le cuenta que Elise y su prometido habían querido ir pero solo consiguieron 3 malas localidades, 3 por 1 florín con 50 kreuzer. ($$ 1,50)
Su marido le había contado que Elise, una conocida de su misma edad, acababa de casarse. EL SUEÑO ES LA REACCION FRENTE A ESA COMUNICACIÓN.
Sector de platea desocupado: la joven tenía muchas ganas de ir a esa función y por eso tomo entrada muy tempranamente y debió pagar un adicional por reserva. Habría bastado con adquirir las entradas el mismo día de la función y no pagar nada adicional.
1 florín con 50 kreuzer: su cuñada había recibido un obsequio de su marido la suma de 150 florines y fue corriendo al joyero para comprar una joya.
Ella se procuro demasiado temprano las entradas al teatro, las tomo apresuradamente y tuvo que pagarlas demás. La cuñada se apresuro en comprar la joya, como si fuera a perder el dinero si no se apuraba.

“fue sin duda un disparate de mi parte apurarme así con el casamiento”. El teatro se desplaza, reemplazando al casamiento. Los elementos oníricos expresan desprecio por su marido.

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