No me acuerdo el sueño!!
Me acuerdo alguna parte solamente!!
Soñe algo pero nada de lo que soñe tiene sentido!!
Dice Freud que los sueños son formaciones del inconsciente,
descifrables y valen como las escrituras antiguas. Se pueden interpretar los
sueños y el sentido de los mismos surge a partir de las asociaciones del
soñante. Hay que leer los sueños como acertijos. Cuando hay sueño, hay pensamiento que se expresa en imágenes.
El contenido manifiesto del sueño es el resultado
del trabajo del mismo. Hay todo un material elaborado por las operaciones de
desplazamiento, condensación, puesta en escena y la elaboración secundaria.
El sueño tiene un sentido, hay un saber no sabido. Solo sabemos la existencia del sueño por su
relato.
El sueño tiene carácter
alucinatorio. Para ser leído, el sueño debe perder su valor figural.
El relato del sueño es un sustituto de algo que es
genuino, que no es previo al sueño sino que aparece en el trabajo asociativo.
Para descifrar el sueño, el paciente debe desplegar la cadena asociativa. El
tiempo verbal del sueño es “hoy”.
Es muy importante en el sueño el ELEMENTO ONIRICO
(elemento del sueño) que es un sustituto de algo cuyo saber está presente en el
soñante, pero le es inaccesible.
Los sueños son eliminaciones de estímulos
psíquicos perturbadores del dormir, por la vía de la satisfacción alucinada. Es
a partir de la desfiguración onírica que el sueño nos parece incomprensible
y así tiene lugar la CENSURA ONIRICA
a la que le atribuimos las lagunas dentro
del sueño manifiesto. Debemos reconocer la presencia de esta censura cuando
un elemento onírico es recordado
débilmente. Omisión, modificación, reagrupamiento del material son
diferentes efectos de la censura onírica y los medios de la desfiguración del
sueño. A la modificación y el reordenamiento podemos reunirlos bajo el titulo
de desplazamiento. Así que en el trabajo de interpretación nos aparece como
resistencia tenemos que apuntarlo dentro del trabajo del sueño como censura
onírica. La verdadera función del sueño es procurar que sigamos durmiendo.
La resistencia es la fuerza que pone objeciones ante la declaración del
paciente, por lo tanto, es una prueba clara de la censura onírica. ¿A qué se
resiste? A los deseos prohibidos. ¿Contra qué se resiste? Contra los contenidos
desagradables de la vigilia (despierto). Si comparamos sueño manifiesto y sueño
latente, vemos que algunos elementos han sido eliminados por completo, otros se
recogieron en el contenido del sueño manifiesto modificados en mayor o menor
medida, y otros entraron en él inalterados y quizá reforzados.
Lo que recordamos del sueño esta mutilado por la infidelidad de nuestra
memoria, que parece ser incapaz de conservar el sueño y quizás ha perdido el
fragmento más significativo de su contenido.
Cuando a primera vista el informe
de un sueño parece de difícil comprensión, se le pide al paciente que lo
repita. Es raro que lo repita con las mismas palabras y en esos lugares en los
que el paciente modifica su expresión a partir de los que se conocen los puntos
débiles del sueño. Todo lo que perturba en la prosecución del trabajo es una
resistencia.
No es raro que en la mitad de un
trabajo interpretativo emerja un fragmento
omitido del sueño al que se define como olvidado.
Esta parte del sueño arrancada es la más importante y lleva por el camino más
corto a la solución del sueño y por eso fue sometida a la resistencia.
¿Todo sueño puede obtenerse interpretación? ¡No! En el trabajo de
interpretación se tiene en contra los poderes psíquicos responsables de la
desfiguración onírica. Será asunto de la relación de fuerzas que alguien pueda,
según su capacidad para superarse, sus conocimiento psicológicos, intelecto,
etc. Para vencer las resistencias.
Reglas en la interpretación del sueño:
-
No hay que hacer caso de lo que el sueño parece
querer decir, sea comprensible o absurdo, pues nunca será eso lo inconsciente
que buscamos.
-
Hay que limitar el trabajo a evocar, para cada
elemento, las representaciones sustitutivas sin reflexionar sobre ellas, sin
hacer caso cuán lejos nos llevan del elemento onírico
-
Hay que esperar hasta que lo inconsciente oculto
se instale por si solo
El sueño
del teatro
Una mujer joven, casada desde hace tiempo sueña: está
sentada con su marido en el teatro, un sector de la platea está totalmente
desocupado. Su marido le cuenta que Elise y su prometido habían querido ir pero
solo consiguieron 3 malas localidades, 3 por 1 florín con 50 kreuzer. ($$ 1,50)
Su marido le había contado que Elise, una conocida de
su misma edad, acababa de casarse. EL
SUEÑO ES LA REACCION FRENTE A ESA COMUNICACIÓN.
Sector de platea desocupado: la joven tenía
muchas ganas de ir a esa función y por eso tomo entrada muy tempranamente y
debió pagar un adicional por reserva. Habría bastado con adquirir las entradas
el mismo día de la función y no pagar nada adicional.
1 florín con 50 kreuzer: su cuñada había
recibido un obsequio de su marido la suma de 150 florines y fue corriendo al
joyero para comprar una joya.
Ella se procuro demasiado temprano las entradas al
teatro, las tomo apresuradamente y tuvo que pagarlas demás. La cuñada se
apresuro en comprar la joya, como si fuera a perder el dinero si no se apuraba.
“fue sin duda
un disparate de mi parte apurarme así con el casamiento”. El teatro se
desplaza, reemplazando al casamiento. Los elementos oníricos expresan
desprecio por su marido.
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